El hundimiento.

Prácticamente ya tenía decidido lo que iba a hacer con mi vida pero siempre vuelve ese hundimiento que me persigue, que persiste. Había decidio hacer el nuevo master-cap que no sólo me iba a llevar un año y 1300 euros sino que además está fuera de mis principios. Hasta hoy. Esta mañana he leído que uno de los requisitos imprescindibles para acceder será el dominio de una lengua europea adicional a un nivel B1 intermedio. Y esto sin previo aviso. ¡ Chapó por los inútiles que están por encima! Que tontos que sois. Como es obvio no tengo ese nivel aunque desde hoy mismo me pongo manos a la obra, no se van a librar de mí. Pero lo que me preocupa aquí es otra cosa mucho más gorda. Señores de arriba: ¿Quién estará en situación de acceder a ese master? ¿Sólo los licenciados en filología extranjera? ¿Quién les va a pagar a ustedes los gastos de dicho master? Muy poca gente tiene el dominio de lengua europea que piden. Es normal. Yo entré a la universidad con la única intención de licenciarme porque (o sorpresa) esa era la única que ustedes me pedían para poder presentarme a una oposición. Este año me he licenciado y parece que me estaban esperando para cambiarme los planes. Doy por hecho que en las futuras oposiciones pedirán también ese certificado que te acredite intermedio en cualquier idioma europeo porque de lo contrario ya no sé que más facilidades les pueden dar a los diplomados en magisterio. No tienen que hecer ese master-cap porque en sus ridículos tres años de carrera ya lo llevan incluido y encima no se les pide idioma. Lo que hay que ver. En el fondo lo único que han hecho de momento ha sido descolapsar las listas de opositores que no engordarán hasa cinco o seis años y luego volverán a tener el mismo problema y a los que nos ha tocado adaptarnos o morir que nos jodan aunque no fuera esto lo que firmamos al entrar en la universidad. No se arregla nada así, solo se alarga. No tengo nada en contra de que pidan el dominio de otro idioma pero podían haberlo dicho desde el principio y no marear la prediz. Las reformas precisan de un periodo de adaptación y no de un hachazo a sangre fría.